Los puntos fuertes del melocotón son su contenido en betacaroteno (provitamina A) y vitaminas C y E, de las que aporta cantidades significativas (300 g, dos piezas, cubren el 23% de la necesidad diaria de vitamina A, el 50% de la vitamina C y el 15% de la vitamina E). En cuanto a los minerales, aporta potasio, fósforo, magnesio y hierro, que lo convierten en un buen diurético (potasio) y antianémico (hierro). Su fibra (2%), la mayoría soluble, ayuda a mantener bajos los niveles de colesterol y ejerce un poder laxante; mientras que la presencia de vitaminas del grupo B hace de él un buen calmante del sistema nervioso. El contenido en agua del melocotón es muy elevado, se sitúa sobre el 87% de su peso. Y sus grasas, prácticamente nulas. Estas dos circunstancias, mucha agua y pocas grasas, explican su bajo valor calórico, que aporta entre 35 y 45 calorías por cada 100 g. Los azúcares (carbohidratos), del orden del 9%, son su nutriente más importante desde un punto de vista cuantitativo y los responsables de su dulzor. Como ocurre con todas las frutas frescas, el valor proteico del melocotón es bajo, del 0,7%.
La combinación de nutrientes que se concentran en la pulpa y la piel del melocotón otorga a esta deliciosa fruta valiosas propiedades digestivas, diuréticas y antioxidantes.
· Es un buen digestivo.
· Es diurético.
· Sirve para adelgazar.
· Sus antioxidantes previenen enfermedades.